Una de las reglas básicas que debes tener en cuenta para iluminar tu dormitorio es elegir luces suaves y cálidas. Tanto si tienes que levantarte por la mañana, cuando aún está oscuro fuera, como si te levantas para ir al baño durante la noche o deseas seguir leyendo al acostarte, una luz deslumbrante te resultará incómoda. Te recomendamos que elijas una luz de techo regulable para el dormitorio para poder ajustar los niveles de luz a tus necesidades, ya se trate de buscar un par de calcetines perdidos o hacer la cama.
Según tus preferencias, elige entre apliques o lámparas de cabecera a cada lado de la cama, para que tu pareja y tú podáis leer o trabajar sin molestaros. Además, algunos apliques pueden ajustarse para orientar la luz hacia el libro, por ejemplo. Aquí se recomiendan las lámparas LED con luz blanca cálida y que ahorran energía. Según el tamaño y el mobiliario del dormitorio, puedes usar diferente iluminación para definir acentos y crear una atmósfera acogedora. ¿Has pensado alguna vez en iluminar el interior del armario? Si lo haces, podrás encontrar fácilmente las cosas que necesitas, incluso por la mañana temprano. Si tienes un sillón o un sofá en el dormitorio, puedes acentuarlo mediante la instalación de lámparas de suelo o de mesa. Lo mismo se aplica a las pinturas, las fotografías o los espejos que decoran las paredes: los apliques y las luminarias acoplables acentúan los puntos que desees destacar. Para la iluminación para el dormitorio, deberías considerar las lámparas siguientes:
- Lámparas de cabecera en la mesilla de noche
- Apliques ajustables a cada lado de la cama
- Lámpara de pie junto al sillón o el armario
- Iluminación interior del armario